LA VOZ DEL AIRE
LA VOZ DEL AIRE
Sus cuadros se respiran, hinchan nuestros pulmones de un aire vital, de un viento que guarda todos los secretos. Su pincel es capaz de capturar la felicidad plena, de prolongar hasta el infinito una imagen, de llenarla de vida y movimiento. Lo logra con la belleza de unos abrazos que transforman en uno a los amantes, con el latir de su naturaleza en ebullición y con un color mutante que convierte su obra en una prueba indiscutible de aquello que realmente merece la pena: sentir y vivir. Sus protagonistas universales no saben de fronteras, su hogar es la vida y su viaje la búsqueda de la felicidad. Con todas estas ideas flotando en el aire, las manos de Anaya crean a partir de su propia experiencia, consciente de que para crecer, primero hay que echar raíces, y de que para volar, primero hay que pedir permiso al viento. - Lidia Martín Araujo